Los legajos fueron rescatados en 1992, gracias al trabajo conjunto del Archivo Nacional de Nicaragua, la Dirección de Archivos Estatales de España y la Embajada de Gran Bretaña quien aportó los equipos de conservación y la asesoría técnica de un especialista en archivos, recuperando así valiosos documentos para la historia de la única ciudad en el continente que continúa profundizando sus raíces en el sitio donde originalmente fue asentada por Francisco Hernández de Córdoba en 1524.
Desafortunadamente en noviembre de 1856 las huestes filibusteros de William Walker pusieron fin a la obra de siglos. Ya que casi nada sobrevivió de la documentación de la Alcaldía de Granada, el material que se conserva en la actualidad es posterior a 1857.